Queremos tanto a Eduardo...
Hoy nos despertamos con la enorme tristeza de su muerte.
Galeano, guía entre tinieblas, hermano de nuestras madres, de nuestros padres, padre, compañero.
¿Cómo escribir sobre lo mucho que ya nos haces falta?
Atesoramos dentro de nuestros corazones los abrazos que nos dio la mañana del 6 de noviembre de 2012 cuando se reunió con nosotros en la ciudad de México y, decidido como era, participó en nuestra campaña fotográfica “Los desaparecidos nos faltan a todos”, así como las palabras que envió para saludar al encuentro internacional de H.I.J.O.S. realizado en México en 2010:
Desde Montevideo, fines de setiembre, 2010
A los hijos, hijos de muchos, queridos hijos:
lamentablemente, no podré estar con ustedes en este gran encuentro.
pero no quiero dejar de estar, sin estar estando, con estas pocas palabras que quieren decirles: gracias, gracias mil.
Ustedes son imprescindibles en la lucha contra la impunidad del poder, que es la fuente de las peores desgracias.
El poder ha inventado este instrumento, jodido y rejodido, para borrar las huellas de sus crímenes: la niebla que traga a sus víctimas, para que se pierdan en el olvido.
Gracias a ustedes, no se pierden.
Los desaparecidos no desaparecen, ni desaparecerán, mientras estén vivos en la memoria de quienes se reconocen en ellos.
Gracias, hijos, otra vez gracias, por no equivocarse a la hora de elegir entre los indignos y los indignados.
Que así sea, que así siga siendo.
Los abraza, con muchos brazos,
Eduardo Galeano
y hoy queremos decirle a él, a Elena, a todas y todos los que hoy sentimos en lo más profundo de nuestra dignidad, más que su ausencia, su presencia que seguirá siempre permanente y entrañable:
Desde México, mediados de abril, 2015
A Eduardo, compañero, padre de muchos, querido Eduardo:
Lamentablemente recibimos hoy la noticia de tu muerte. Nos duele el corazón.
Pero estás aquí, en nosotros, en esta lucha amorosa que nos enseñaste a entender, sentir, continuar y ser.
Nunca dejaste de estar, nunca dejarás de estar. Con estas palabras pocas queremos decirte: gracias, gracias infinitas.
Eres un imprescindible de nuestra existencia y de nuestra lucha por la vida, contra la impunidad del poder y del odio.
Gracias por hacer siempre de la memoria un verbo, por no dejar que se perdiera en esa tiniebla de la que nos hablabas hace cinco años.
Gracias Eduardo, nuevamente gracias, por elegir a nuestro lado y abrazarnos tan fuerte al hacerlo.
Nosotros seguiremos caminando con tu ejemplo.
Así ha sido y seguirá siendo.
Te abrazamos con todos los abrazos que nos deben y con todos los que abrazamos este mundo.
Tus hijos.
H.I.J.O.S. México.
