Uno a uno los responsables de cometer crímenes de lesa humanidad van muriendo sin haber respondido ante la justicia por sus delitos. La muerte con plena impunidad de Miguel de la Madrid hace evidente la complicidad del sistema judicial mexicano. Él mismo dijo en una entrevista que la impunidad era “necesaria” en México y gozando de tal impunidad murió, sin haber enfrentado un proceso jurídico por las desapariciones forzadas que su gobierno ejecutó.
Desde que de la Madrid llegó a la presidencia había ya al menos 517 desaparecidos. Él no sólo otorgó impunidad y protegió a quienes son responsables de esos crímenes sino que en su propio gobierno la desaparición forzada por razones políticas se siguió practicando sistemáticamente. El primer desaparecido de su sexenio es José Antonio Curiel Velázquez (16-12-1982). Después de él, Adalberto Boyas Pacheco, Aureliano Lugo López , Candelario Campos Ramírez, Celestino Acevedo Ortiz, Cirilo Roldán Ávila, Eduardo Vargas Alcalá, Francisco Javier Santamaría Caballos, Gabriel Fernando Valles Marínez, Gerardo López Chavarría, Isidro Lobato, Jesús Ramírez Carrasco, Juan Ramón Vázquez, Marcelo Badillo Zapata, Mariano Santos, Ramón Monrroy Olivar, Victor Miguel Álvarez García, Manuel Islas y Rubén Andrade, también fueron desaparecidos.
Miguel de la Madrid pasará a la historia como responsable del fraude electoral de 1988 con trágicas consecuencias, como uno de los pioneros del neoliberalismo que hoy mantiene a la sociedad con graves desigualdades económicas, como la cabeza de un gobierno corrupto (como se observó en el terremoto de 1985) y como
responsable de por lo menos 536 desapariciones forzadas, las 517 que permitió se perpetuaran y las 19 que su gobierno perpetró, en casos documentados.
Respetamos el dolor de su familia pero repudiamos los homenajes y la despedida con honores a Miguel de la Madrid porque, como servidor público, no puede considerarse honorable a quien cometió delitos de lesa humanidad.
